dos shizuka
 

 

Dos Shizuka: Una colaboración de la obra de teatro clásico Japonés Noh con el flamenco.

Bailaora
ISABEL BAYON , MARIKO MATUSMOTO

Actor de NOU
KOUJI TESHIMA

Guitarrista
JESUS TOREZ , TAKASHI MATSUI

Cantaor
AGUILAR DE JEREZ , DAVID LAGO
S

Flauta de Japon
KAZUHIKO AIHARA

Percusion
KENSUKE SONODA

Direccion
MARIKO MATSUMOTO

 



 
 

◆FOTOS◆

 





 

 


 

 

 

Historia de Dos Shizuka:

En el templo de Yoshinokatte, existió la costumbre de que el día 7 de Enero de cada año debían de recogerse flores y ofrecerse para un ritual en honor a Dios. Una recogedora de flores recibe la orden del sacerdote de realizar tal tarea y baja a la aldea, cuando de repente se le aparece una mujer mientras está recogiendo flores. La pide por favor: Dé el pésame por mí. Al preguntar a la mujer por su nombre, esta desaparece sin contestar.

La recogedora que vuelve al templo tras esta extraña experiencia, informa al sacerdote de lo ocurrido pero empieza a haber un brusco cambio en su rostro y en sus palabras.
El sacerdote dice entonces:
Toda persona tiene nombre, así que di el tuyo. Ella contesta Soy Shizukagozen. Una vez que el sacerdote se da cuenta de que Shizukagozen ha poseído a la recogedora de flores, la entrega un vestido ofrendado al templo por Shizukagozen pidiéndola: Muéstrame tu baile, que yo te daré el pésame. La mujer se viste con los ropajes y el fantasma de Shizukagozen aparece con el mismo aspecto. Las dos Shizukas empiezan a narrar la historia de Shizukagozen y su separación de su amado Yoshitsune y su baile desesperado pidiendo por el recuerdo de su enamorado muerto en frente de su odiado enemigo Yoritomo; todo esto mientras va desapareciendo como los pétalos de una flor al viento. Por fin al Cielo con su amado Yoshitsune...

 


◆Critica de PASEO FLAMENCO◆
Junio 2012


Un puente al futuro    YUMIKO IGUCHI

En el aire queda una sensación pura.
Shizukagozen, que intentó compartir el mismo destino que su adorado Yoshitsune, perseguidos por Yoritomo se separaron en el Monte de Yoshino y no volvieron a encontrarse.
“Dos Shizuka” es una obra fantástica del teatro clásico Japonés Noh, donde su espíritu vagante y una recogedora de flores silvestres bailan al unísono y con la expresión del flamenco dan lugar a una composición llena de pasión.

Isabel Bayón, que interpreta a la florista, da una actuación espléndida. Su pureza, como la de la brisa primaveral, deja con la boca abierta. Con un delicado vestido que recuerda a un kimono color verde claro ceñido al cuerpo, en los brazos dobladuras de seda blanca y fina similar a las mangas de un kimono japonés y unas piernas en perfecta posición que se asoman y se esconden hechizan al espectador. Mientras recoge las hierbas siente de repente la presencia de algo que no puede ver, como un mal presagio. En su rostro aparece una expresión de inseguridad que te dan ganas de ganas de protegerla aunque sepas que se trata solo de una pantomima. Seguramente no haya muchas mujeres españolas que sepan comprender la cultura Japonesa y que puedan mostrar una expresión tan exquisita como ella sabe. El movimiento lento y pausado al rato se convierte en una danza de flamenco violenta y llena de energía, como si hubiese sido de verdad poseída por un espíritu que despierta. A medida que empieza a sacar todo su potencial de bailaora con gracia y garbo, el espectador va sintiendo como si entrase en trance. ¿Pudiera ser que, atraída por esta misteriosa mezcla de delicadeza y vitalidad, la misma Shizukagozen haya llamado a su puerta? Isabel Bayón tiene un arte tan grande que te llena de tales sensaciones.

Cuando Mariko Matsumoto, que interpreta a Shizukagozen, entra en escena, la obra alcanza otro nivel de esplendor. Su cuerpo de pequeña estatura despide un aura de energía positiva. Es como la belleza del capullo de la flor cuando comienza a abrirse. La gracia que ella despide es la razón por la cual esta historia de amor trágico no llega a hacerse pesada.

El baile de farruca de Shizukagozen que danza como si rememorase su crudo pasado deja un gran impacto.
Su pasión de mujer reprimida por su disfraz de hombre, consigue el efecto opuesto de evocar lástima.
Aquí es donde el espíritu de la danza tradicional conocida como Shirabyoushi cobra vida. Con una fusión de flamenco y cante con la flauta Japonesa se despide una explosión energía que va aumentando junto con los ardientes sentimientos de Shizukagozen.

El contraste de esta obra con el estilo tranquilo y estoico de la interpretación Noh es brillante.

Shizukagozen que habla de sus duras experiencias y la florista que escucha, van poco a poco sincronizándose a medida que se empiezan a comprender mutuamente. Esto da lugar a una armonía que va creciendo y va dando lugar al climax de la pareja. Esta danza que destaca la refinada figura femenina tiene una cierta belleza con un toque de distinción. Esto hace ver la pasión de una mujer que ama a pareja hasta el final. Una mujer que, gracias a que mantiene en su corazón los recuerdos de felicidad, siente que puede estar al lado de su ser amado. Shizukagozen, consigue superar la barrera del tiempo y el espacio y compartir su esperanza con otra persona, acaba partiendo hacia el Cielo radiante. Una escena final que gracias al buen uso de la iluminación del escenario consigue permanecer en el recuerdo.

Con una estructura teatral en la cual cada número tiene su propio tema y que cambia de escena justo en el momento apropiado, cautiva a los espectadores sin hacerles perder en ningún momento el interés. No puedo sino sentir simpatía hacia esta obra que cumple perfectamente su duración programada de 80 minutos. Pero lo más encomiable es como esta colaboración entre la libertad del flamenco y el misterio del Noh, es capaz de superar fronteras e incluso la barrera entre la vida y la muerte para unir a las personas con la universalidad que esconde esta obra.
Espero y deseo que esta obra siga representándose y que se convierta en un puente entre España y Japón.

 

El Sakura danza en silencio     IKUKO KOKUBUN

                  
Coger varios estilos de arte tradicional y hacerlos uno es algo que hoy en día se hace normalmente como método de intercambio de culturas. Pero dudo que haya interpretaciones que sean capaces de coger ambos elementos y fundirlos desde la raíz como hace esta.  El Noh, que envuelve el torso y lo convierte en un pilar, encargado de transmitir sentimientos tanto de felicidad como de tragedia a través de su movimiento y su moldeamiento, junto con el flamenco, que coge los sentimientos y la pasión del individuo y los muestra sin tapujos en una expresión de sudor y de calor, son elementos nacidos en extremos opuestos del planeta, y a la vez opuestos también en su fisis.

Aunque el espectador no conozca la historia de Shizukagozen, para comprender la trama de la obra no se necesita nada más y nada menos que la elocuente capacidad de interpretación de las dos bailarinas. El prólogo contado desde el estilo Noh, una historia contada desde la objetividad de unas pantomimas precisas y exactas, el plato principal que es el baile de las dos protagonistas, la dolorosa escena del adiós de Yoshitsune y hasta la escena final, 10 partes que con diversos estilos de música se van entrelazando de manera natural. Así como cuando los elementos del Noh son mayores, destaca la objetividad y cuando lo son los del flamenco, es la expresividad del sentimiento lo que se ve en escena, dependiendo de la intensidad de la narración del protagonista y las flautas japonesas va cambiando el punto de vista de fuera hacia dentro, consiguiendo una avalancha de múltiples sentimientos. Me sorprendió ver más claramente los rasgos del Noh resaltados gracias a la melancolía del flamenco. Es como quién habla de que para hacer algo perfecto se requiere una de cal y otra de arena. Gracias a que estos dos elementos dispares se encuentran juntos, se consiguió sacar al exterior el encanto de ambos.

Y ante todo debo quitarme el sombrero ante la actuación llena de vitalidad de Isabel Bayón. Sus giros de cadera son como tan precisos como los del Kobudo japonés. Con la energía incesante de una persona que se sufre y se desvive da un soplo de vida a esta historia. ¿Será gracias a que ella ha dado todo su ese potencial que solo ella tiene que me he quedado embelesado ante esta fusión de “Noh y flamenco”? La jerga en español y el vocabulario ancestral japonés se complementan a la perfección. No es solo por la combinación de tradiciones, sino también gracias a la afinidad de la personalidad de sus artistas que esta es una obra que convence a todo el mundo. Un ¡Ole! A todo el casting.

El narrador Teshima que sin mover un músculo hace su voz tronar en la obra, fue como la misma personificación del Sakura. Precisamente porque el teatro estaba justo al lado del Parque de Inokashira, revivió en mi mente claramente la imagen de la calle vibrante por el Sakura en flor, que el año pasado se retrasó. El aspecto que da, como de voz sin cuerpo, provoca que la imaginación le tome como a un fantasma flotante en el aire.

En la escena final del Cielo, la dulce melodía de las guitarras que envuelve la sala junto con el chillido de las flautas japonesas excitando de manera perturbadora, resuenan mutuamente y te dan las sensación de estar contemplando el Sakura que está siendo azotado por un vendaval. Una escena de connotación budista, en la que aun habiendo muerto y estando el exterior en tempestad, en el interior de Shizukagozen su alma se purifica de manera serena. La versión original Noh de Se dice que “Dos Shizuka” se representa en multitud de lugares todos los años en Abril. ¿Será el ser Japonés lo que hace relacionar la purificación y el Nirvana con los capullos en flor del Sakura? Me pregunto qué tipo de reacción provocaría esta obra en España... Me encantaría verlo.

Matsumoto interpretando a Shizukagozen, engullida por el reflejo de los focos dejó una marca en mi corazón, y volviendo a casa, los ruidos de la calle alejándose a lo lejos hacían de Inokashira, agitada por la gente disfrutando viendo el Sakura, un paraje recóndito de un mundo desconocido.
La obra que había sido retrasada por el efecto del gran terremoto, no sería de exagerar decir que fue interpretada como una manera de rendir tributo y aliviar las penas. Este ha sido un viaje que me ha hecho pensar si en los años venideros también, el Sakura seguirá siendo azotado por el vendaval en este país.

Revista Paseo Flamenco 7/2012

 

 

◆FOTOS de Osaka◆
13.4.2012

 


◆FOTOS de Tokyo◆
15.4.2012

 

 

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